lunes, 16 de mayo de 2011

Ante todo mi originalidad, yo me visto como yo, bailo como yo, me expreso como yo !


“Ser original es un mérito; quererlo ser, un defecto”
Alain Chauvilliers
No está de moda ser del montón, es más, no está de moda estar a la moda.
Cuando lo que se quiere es mostrar los talentos y ser reconocido por las aptitudes, ser parte del montón no es la mejor estrategia, ya que los triunfos se le van a reconocer a ese mismo montón por lo cual nunca podrás sobresalir.
Al hablar de originalidad, lo primero que a muchas personas se les puede venir a la cabeza es: moda; a pesar que la palabra originalidad en toda su definición vaya más allá y tenga un significado mucho más profundo.
No solo se trata de cómo te vistes, que marca y cómo lo utilizas (aunque estas cosas vacías también vayan dentro del concepto y en muchas ocasiones identifiquen la personalidad del sujeto), sino también de cómo piensas y cuál es tu manera de actuar frente a los demás.
La personalidad es la esencia de la persona, lo que alienta o atrae a los demás a conocerlo o conocerla, por lo tanto, si usted no es original su vida social se verá reducida a un club de lectura (como en textos anteriores lo he mencionado), utilizando el acertado ejemplo, póngase a ver: las personas que asisten a un club de lectura viven encerradas en su “mundo de fantasía”, puede que para escribir e imaginar sean los más audaces del mundo, pero si no lo expresan esto no pasará más que de el papel, ya que hasta no ver no creer.
Ser original implica arriesgarse y si es posible saltar al vacío, eso que del suelo no se pasa es completamente cierto y caer para levantarse no es caer, por lo tanto exprese sus ideas, deje fluir sus emociones y comuníquelas, dé a conocer sus talentos y si no los encuentra búsquelos que de algo ha de servir usted, así sea para dar mal ejemplo, porque para estorbar en este mundo ya hay mucha fila y no hay cama para tanta gente, es más: puede optar por suicidarse y en suiza ya es legal, suicidio asistido le llaman, así por lo menos quedará en la memoria de las personas por ser tan cobarde e inseguro que no se sintió capaz de ser alguien en la vida… ¿muy original no?

domingo, 8 de mayo de 2011

No lea, se podría sentir identificado (a)


Ser pobre Y/O feo no es un pecado, pecado es ayudarse a ser cualquiera de los dos adjetivos calificativos mencionados al inicio, la cura para la primera opción si es un poquito más difícil que para la segunda… ¿o no?, plata tampoco se necesita para dejar de ser una cosa o la otra… ¿o sí?, creo que ando un poco confundido entonces más bien comenzaré a hablar acerca de lo que veo y me impacta.
De ante mano quiero dejar claro que no me creo Diana Neira* ni mucho menos Alexander McQueen (Obviamente lo conocen o han escuchado de él) como para que mis opiniones tengan validez.
Es evidente ante los ojos del mundo, el cambio tan abrupto que hay entre generación y generación, las niñas y niños de ahora entre 14 y 17 años “futuro del mundo” (no es que yo sea muy grande), están experimentando unas modas demasiado extrañas, o yo estoy me siento muy viejo o definitivamente no estoy en la onda… (creo que no estoy en la onda, Dios me libre), para ellos cortarse las venas, usar ropa de “diamantes”, la bota del jean metido en la media, el nudo en la blusa, la bota con falda, la camiseta tropelera… es lo MÁS, LO ULTIMO EN GUARACHAS; porque una persona fea y mal vestida es la conchudez en pasta.
Si, ya sé, usted también lo pensó, hay personas “grandes” que también incurren en esta moda, creo yo que esto es a falta de espejo, o mamá que le diga que está feo o fea o francamente la personalidad es mucha.
Si quiere usted llamar la atención, POR FAVOR no lo haga de esta forma, no sea tan boleta, hay una mejor forma de hacerlo, demostrando sus talentos; pero por si acaso no tiene talentos que demostrar la solución está a un disparo, o un brinco, o una yugular cortada.
O si por el contrario usted se viste bien, pero es feo, le tengo la solución: sólo le queda ser formal, amable, buena gente o como le quieran llamar, porque una persona fea y creída termina en los clubes de lectura o sin vida social, que al fin y al cabo viene siendo la misma cosa.
Finalmente, después de desahogarme un poco creo que he llegado a la conclusión: tenga dignidad, evalué su forma de ser con los demás o cómprese un espejo (en el hueco los encuentra en promoción), si ninguna de estas tres opciones le sirve, le recomiendo darle una repasadita al párrafo cinco.
*Consultora de imagen y escritora.
HE DICHO, FIN DEL COMUNICADO

sábado, 7 de mayo de 2011

Me and myself

Caridad Mesa, habitante de un barrio clase media de la ciudad de Medellín es muy distinguida por la comunidad gracias a su formalidad y hospitalidad tanto con los habitantes del sector como con los forasteros; Caridad es soltera, no tiene hijos porque aparte que vivió 38 de sus 40 años con su madre, es virgen. Esta carga emocional de no haber tenido un marido o más bien un hombre que la hiciera sentir mujer, de sus amores no correspondidos, de un modo u otro crean en ella un alter ego sexual, asesino y para nada sumiso.
Caridad, por su misma formalidad y hospitalidad, recibe frecuentemente visitas de sus amigas que van a conversar acerca de temas importantes a esa edad, raras veces y más que todo los fines de semana, se reúnen estas mismas señoras pero con sus maridos igualmente en la casa de Caridad. Entre chisme y tinto, Caridad deja volar su imaginación y permite que su mente se apodere del cuerpo de los maridos de sus amigas, de formas que harían sonrojar a la mas desenfrenada de las prostitutas, cuando vuelve a ser consciente del lugar en el que está, se da cuenta que todo lo que pasó en el instante fue producto de un impulso de su libido que está a punto de estallar.
Estos eventos donde el alter ego se apodera de Caridad, se vuelven repetitivos, y ella en su desesperación al no poder controlar esos impulsos, se zambulle de lleno en rezos y penitencias que sobrepasan la noción de lo absurdo: latigazos, largas jornadas de ayuno y de oración. Aislada de la sociedad cae en una depresión, que le quita poco a poco las ganas de servir a su comunidad y dedicarse de lleno a los deseos solitarios de la carne y así, sumirse de nuevo en el arrepentimiento eclesiástico más extremo.
Pasan los años y en el pueblo nadie escucha noticias de la buena Caridad Mesa, algunas chismosas, (las mismas que solían ser sus invitadas a chismes y tinto), dicen que fue encontrada muerta, tiesa y descompuesta con un crucifijo entre sus piernas.